"
Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos
".


31 de marzo de 2010

Sapos y culebras, dragones y mazmorras...

Sapos y culebras dijo la bruja malvada moviendo la varita vertiginosamente. Viola se cayó golpeándose con la mano en una silla
-Ay!- dijo moviendo la mano.

León que estaba escuchándola leer en voz alta entró por la puerta sin prisas. Con especial desinterés se sentó en la silla contra la que se había golpeado Viola.
-Nunca crecerás mi pequeña brujita.

Viola se ruborizó, siempre lo hacía cuando León le decía algo. Tenía varios años más que ella, y su nombre decía a lo que se le parecía. Cogió su mano y la ayudó a levantarse. En cambio no hizo lo que ella se esperaba, sino que la atrajo hacia si y la asentó en sus piernas.
-¿Y se puede decir porque esta bruja estaba dando vueltas como una loca?
-Estaba ensayando..., una obra..., para el instituto.
-Entonces la pequeña Viola es una artista
-Fue obligado- añadió a regañadientes

León rió escandalosamente, Viola se enfadó volviendo a tropezar y cayendo esta vez en algo más blando, la cama.
-Se puede saber donde estás, León?, sabes que esta partida te voy a ganar y te has dio...- Ivan gritaba desde su habitación

Él con su peculiar desdén sonrió y marchó de allí dejando a esos ojos levemente color malva enojados.

28 de marzo de 2010

Y estuve segura de que aquel chico también debía ser un poco bipolar

Querido tú:

Él era diferente. Lo sentí desde el momento en que agachaba la cabeza y yo reía bajito. No le vi la cara hasta mucho antes, quizás era yo la que tenía miedo que me pillara observándolo, pero aún así recuerdo perfectamente cada uno de los gestos. Los gestos de timidez son absolutamente diferentes en todas las personas. Él en cambio se parecía en eso a mi, moviendo las manos y tocándose las uñas, timidez y nerviosismo.
"Y no quieres nada más" le decía su abuela mirándolo como sólo saben mirar las abuelas diciéndose pero mira que delgaducho que lo tengo, si es que no comes.
Me gustaba el contraste que hacía, era una escena que no veía todos los dias, diferente, eso es lo que querian ser los chicos que vestían como él, diferente.
Toda su ropa era negra, llevaba una pulsera de pinchos que me dio miedo hasta rozarme con él.
Minutos después le vi, seguro que me recordara como la patosa y medio boba cajera, entonces pude levantar la vista y conocer a su perfecta cara. Aquel chico era hermosísimo, de esos que no te imaginas ver. Cara alargada, un labio agujereado por el medio aún así perfecto, barbilla pequeña, ojos dulces. Me acercó una de sus manos para meter todo aquello en la bolsa, ya no le quedaba pintauñas en ellas pero creo que además se las mordía, las llevaba muy cortas, demasiado de esas que de vez en cuando salen heridas.
Salió por la puerta poco después de que se volviera a avergonzar de su abuela, yo también recuerdo eso, las tardes en que llegaba a su casa y empezaba a reñirme porque  no quería merendar.

26 de marzo de 2010

Nuestro amor es proporcional a nuestro odio

Me mira sonríe, baja la vista, vuelve a mirarme, ahora directamente se descojona en mi cara. ¿Qué? le pregunto levantando las cejas y poniendo las palmas cara arriba, extrañada sin saber porque demonios te ríes de mi.
Haces un gesto con la mano diciéndome nada, una tontería. Pero sigues riendo...
Creo que es proporcional lo que te quiero y las veces que me sacas de quicio. Te mando una última mirada llena de cuchillos, si te tuviera cerca incluso te hubieran hecho sangre.
Agachas la cabeza y no se lo que empiezas a hacer, yo continúo mirando el espectáculo, como ya decía Moulin Rouge "El espectáculo debe continuar" nosotros somos ese kit-kat que solo sabemos compartir los dos.
La gente se va a un lugar y a otro. Unos se despiden, no piensan estar aquí aguantando al maldito profesor de turno hasta que lleguen sus vacaciones, yo con pocos a los cuales despedir, y algunos con ganas de despedir miro el reloj.
Esta vez no había un reloj, sino ese mensaje que tanto nos alegra ver en el móvil y no es de 2244.
"Me encanta cuando te enfadas, tus ojos brillan, tu cuello se alarga, tus manos no pueden estar quietas y aun poniendo todos tus sentidos en marcha no dejas de sonreír, creo que eso es bastante difícil de conseguir. Sabes... me gustaría saber si sonríes en todo momento"
Entonces sonrío, esto no es una nota de amor, lo sé, pero el es así de los que te envían poemas solo para sacarte de quicio y entender que a pesar de lo idiota que es lo quieres.

Basando en hechos irreales

16 de marzo de 2010

El señor pingüino

La Amante Bipolar e Irene estaban sentadas en un banco cerca de la calle mayor, comían chucherías con pica pica. Irene era bastante más pequeña que la Amante aún así la Amante Bipolar adoraba su inteligencia y su madurez.
 −¿Tu conociste al señor Pingüíno? −le dijo la Amante Bipolar
−¿El señor Pingüino?
−Sí, siempre llevaba un gorro de copa y viste pajarita con smoking va a los bares más caros de Nueva York y se tomaba un whisky para merendar, decían que contaba las mejores historias del mundo y que cantaba a la luna las noches de verano.
−¿Pero los pingüinos no viven en el polo norte?
−No, allí ya no quedan de esos, es como las pieles de oso que hay más por aquí que allí.
−Pobre señor pingüino...− a la pobre Irene se le empañaban los ojos con el relato de la Amante.
−Porque nadie te contó la historia de sus hijas Tina y Petra. Un día iban nadando por la playa, esa que hay cerca de casa de Polarín, y unos hombres vinieron a cogerlas, les dieron con palos y lo llenaron todo de sangre, Polarín me decía que no llorara porque sino nos cogerían pero no no podía ver como le arrancaban la piel a Petra aún con los ojos medio abiertos.
−¿Y la mujer de sr. pingüino?
−No lo sé, me dijeron que se volvió loca y que ahora trabaja en un cabaret los viernes por la tarde sirviendo copas

9 de marzo de 2010

Ahora ya no sales corriendo, si no que esperas a que se apague la luz... bobito...

Tenía una entrada para hoy, pero a mi siempre se me ha dado mal planificar las cosas y por supuesto hoy me has cambiado mis planes, eso no significa jodido.

Te escribo una frase, con inocencia, como quien no quiere la cosa, de la misma forma que empiezo una dulce y tonta pelea contigo.
Ositos polares dice:
"Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos".
Entonces te lías, escribes algo y lo vuelves a borrar, unos segundos de espera. Anda valiente salta por la ventana. Vuelves a escribir
M. dice:
"¿Es una indirecta?"
Buena pregunta, pero para ti por mi desgracia no sería, quizás para otro sí lo sería.
Ositos polares dice:
"No, solamente me gusta esa frase"
Silencio.
No estás bien de la cabeza, te faltó decir, estoy segura de que lo pensaste, pero sabes que siempre empiezas tú y a mi me encantan esos juegos. Esto y mentir es lo que más me gusta, lo que pasa es que nadie me cree cuando miento.
Te desconectas. Tramposo.
Mañana te reñiré pero solo me has saludado como en los viejos tiempos sabes que voy detrás de ti y aceleras el paso, debe ser porque las Amantes Bipolares comen personas los Lunes y llevan el cartelito de peligro en la frente. Pero los martes es diferente, los martes en cuanto se apaga la luz te das cuenta de que estoy a tu lado y empiezas a soplarme, por supuesto te seguí el juego.

5 de marzo de 2010

Los corazones Bipolares siempre laten por casualidades



Lo sentí en el suelo, frío, muy frío, alejándose de mi más de lo que había estado toda mi vida. Me acordé de aquella imagen que me guarda la memoria en buen estado mirándome, sonriendo, "¿estas bien?" decía él "no" le contesté riendo. Ahora era él el que estaba realmente jodido, una gota de sangre resbalaba por su frente y me dolía como si fuera la causante de aquella gota. Sus ojos se cerraban y yo seguía a última fila detrás de la gente que se amontonaba para ver lo que había pasado. Te morías me lo decía mi corazón al mismo tiempo que se esgarraba, que la sangre empezaba a escasear y se hacían grietas por todo mi cuerpo. Sentía que de un momento a otro iba a romperme en pedazos o quizás a acompañarte allá donde tu quisieras estar. "No quiero que se acabe aquí" decía mi interior, no quería que te marchases sin decirte ni una vez te quiero, no quería que te fueses sin ver otra vez el color de tus mejillas que cuando se sonrojaban tenían un aspecto amelocotonado.

Aquellos hombres empezaron ha hablarte, al igual que yo, sabían que estabas a punto de perder el conocimiento y entonces nadie iba a volverte a ver despertar. Pase entre la gente mientras ellos te subían a una camilla para llevarte a no se cual lugar, nadie dijo nada, nadie rechistó, ni me dijeron que hacía allí. Mi mano recorrió tu rostro, como si fuera una foto de las que se imprimen en las manos para no olvidar, mi imaginación me falló de nuevo tu piel era más fina y caliente de lo que me imaginaba. Le sonreí como diciendo aquí estoy de nuevo, incluso cuando estás a punto de dejar de respirar, sus ojos se volvieron confusos era la a respuesta a mi pregunta ¿eres tú de nuevo?, la que siempre pillo infragantti ¿no?, que voy ha hacer de ti. Me marché de allí y no se a donde llegué solo se que me desperté rodeada de hierbas y mi corazón por casualidad seguía latiendo.

Y me miras confuso
sin saber muy bien
si he sido esa atrevida
que te deshace el pelo.
No te fías de mi,
tampoco esta vez fui yo.

4 de marzo de 2010

Eres de los que dan un beso y se largan

No queda nada para la primavera, unos cuantos días que te diría si supiera contar pero es que los números nunca me gustaron. En cambio yo creo que ya estoy en primavera, hoy he sentido una gran primavera florecer dentro de mi, y mejor no te empeñes en preguntar porqué, es lo que tienen las bipolaridades nunca sabes por donde te va a caer. Como te iba contando hoy todo me sabe a primavera, por la ventana de mi clase se pude ver un árbol a punto de florecer, yo he estado por darle un soplido o cantarles que dicen que eso hace que crezcan las plantas (aunque es mentira, ya te lo contaré otro día). Me gusta ese árbol y sé que no es un cerezo aun así me imagino que cuando florezca aparecerán flores rosadas que darán un toque de alegría a aquellas vistas, me encantan los cerezos me encantan las cerezas.

Y como dicen que la primavera la sangre altera, te cruzas por mi camino, como sin querer, como sin nada, como si la primavera me hiciera un guiño que acepto a regañadientes. En estos momentos son en los que no me gustaría que mirara hacia donde yo estoy, son de los que te quedarías mirándole sin que se diera cuenta, pero esta claro que va a mirar tampoco no era plan de que lo atropellara un coche. Me hubiera gustado saludarlo con la mano, pero solo le sonreí por miedo a que no me devolviera el saludo, no lo vi muy bien pero creo que si que me devolvió la sonrisa.

Y se marchó, se marchó delante de mi. Me gusta como queda esta frase, que triste.

2 de marzo de 2010

Se empeñaba tanto en leer entre líneas que nunca leyó el título de la obra

Querido tú:

Tengo que confesarte una cosa, el otro día me acordé de que yo hacía lo mismo que tú. Sí, yo también hablé con él como si no hubiera pasado nada, como si fuéramos amigos, buenos amigos de los que se le puede contar de todo. De los que puedes confiar secretos que piensas que nunca revelarán. Esos amigos de los que te gusta pasarte tardes hablando con ellos, jugar, apostar por algo.
¿Pero sabes?, cuando juegas con fuego siempre te quemas, tienes la misma posibilidad de no quemarte de que no te se te manche tu vestido favorito el día que lo estrenas. Y me enamoré...

Me enamoré de la misma manera que las amantes bipolares se prohiben enamorarse. Me enamoré, pero tarde. Me enamoré, cuando no tocaba. Y como tonta enamorada me sentí atrapada en aquella red que quería estar aunque luego me sintiera mal. Esta vez fui como una muñeca de las que nunca dicen nada y siempre están con una sonrisa.

Así que prometí no hacer el mismo error, pero a veces mi otro polo le gusta hacer de las suyas.

La Amante Bipolar