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Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos
".


14 de septiembre de 2015

¿Y los poetas? Al final lo de las musas era una mentira para llevarte a la cama

Nos vendieron que todo cambia, que al final nada permanece, que todo fluye como si se tratase de un río. Nunca te bañarás en el mismo agua dos veces, mintieron, no supieron las veces que me tiraría de cabeza aquella misma piscina. Una lástima que en cada una de ellas siguiese vacía. Al fin y al cabo todo resultaba vacío en este mundo, los profesores nos envenenaron tanto con aquello de que el orden de los factores no altera el producto que, al final,
por muchos factores positivos que metieses en tu vida, esta siempre acabaría en el cubo de basura.

Cuando tuvimos a la tierra a un palmo de mano soñábamos con ser astronautas, por aquel entonces  los juegos de princesas empezaron a pasarse de moda. Regalarnos la luna nunca estuvo tan cerca de nuestras manos como por aquel entonces. Ahora, nos encontrábamos arrastrándonos por los sitios más oscuros de la ciudad rebuscando entre el pasado el motivo de nuestro presente. Finalmente, como cada día, volvíamos a casa con un poco menos de esperanza y un poco más de arrepentimiento. De nuevo en esa casa encontrábamos ese río que no corre, esa piscina vacía, ese pasado que no avanza, que está presente más allá de las leyes de la naturaleza.

Ni la poesía era capaz de salvarnos de aquel maldito desastre cultural. Las palabras ya no nos transmitían lujuria, aquella insolencia de leer poesía a altas horas de la mañana ya no conseguía salvar almas. La poesía se había convertido en otra puta barata de aquel estúpido mundo, no es que nadie la dejó tirada. Ella se fue. Recogió sus cosas una tarde de verano, porque la poesía no podía abandonar este mundo otro día de la semana. Solo lloró una vez, pues con el dinero que había ganado durante toda su vida no pudo pagarse nada más que un pañuelo sucio.