"
Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos
".


28 de septiembre de 2008

Bebe

No pienso llorar 
De eso ya me canse
Hoy voy a chillar
Voy a andar con mis pies


26 de septiembre de 2008

Distintos caminos.

Hace tiempo que tengo este relato y creo que por fin voy a publicarlo. Estará dividido en dos partes ya que solo tengo la mitad escrito.

Hacia ya ocho años que no lo veía, y hoy había llamado diciendo que hoy por fin vendría.
Los años habían pasado y sus vidas habían cogido cada una distintos caminos. El nombre de él Mateo un chico lleno de másters y un trabajo muy bien pagado en el este de estados únicos. Ella Laura una chica corriente que cada dos por tres era una de la lista de la cola del paro. Él había renunciado a su familia por sus estudios a ojos de la gente, pero ella sabia mucho mejor que nadie que había echo, se había ido con el rabo entre las piernas por miedo a que volviera a suceder.
Mateo era el hijo de uno de los banqueros mas importantes del país, él tenia que seguir con la empresa daba igual lo que quisiera hacer, eso no importaba, lo importante era seguir con el negocio y subir todavia los beneficios de esta. La vida de ella era mas sencilla, cualquier trabajo con el sueldo suficiente para poder sobrevivir.

Laura había llegado a casa hacia media hora, ahora permanecía inmóvil en el sofá esperando. No sabia muy bien que hacer, ocho años es mucho tiempo mirándolo desde donde lo mires, y después de lo de la última vez...
Los minutos pasan a horas pero al final el timbre de la puerta interrumpe el silencio dentro que aquella habitación. Una... Dos... Tres... Laura no se levanta, reza para que se vayan, para que no vuelva a cruzarse una vez mas en su vida y poder olvidarle de una vez por todas como se prometió la ultima vez. El sonido de las llaves encajando en la cerradura hacen que sus suplicas se rompan en una milésima de segundo.
Entraban hablando, sabe que es él, no confundiría su voz ni aunque pasaron cien años, pero entre palabras y frases para ella sin sentido oye otra voz. Dulce, sensual y cariñosa.

- Hola cariño! ¿Ya has vuelto del trabajo?

Su padre la saluda cariñoso, pero sus ojos se le salen de las orbitas. Sus vidas han cambiado, pero por mucho que lo intentara ella esperaba que no cambiara tanto. Mateo entra cogido de la mano de una mujer.
Sus cabellos son rubios y lisos, sus ojos azules con una piel tostada hacen resaltar en la cara un par de pecas, sus labios son finos pero bonitos, toda ella es preciosa, al contrario que Laura. Los cabellos de esta son rojizos y rizados que la hacen tener un cabello indomable, su piel es pálida y cuando toma el sol aquello se llena de pecas. Pero lo que mas la termina de hundir no es su belleza ni su perfume caro, ni los zapatos que valen mas que todo su armario lleno, si no el anillo de compromiso. No puede moverse, esta inmóvil a punto de entrar en shock.

- Laura...- hace una breve pausa- ella es Cristina, mi prometida.

Sus palabras son lentas, nunca sus nervios se apoderaron de sus palabras. La muchacha rubia sonrie, intentando ser amable, cosa que para Laura ahora es lo que menos le importa. Se levanta sin saber como, sus piernas vas solas.

Saluda con una media sonrisa,y un par de besos. Empiezan a hablar de sus vidas, y un poco de algunos de sus proyectos. No hay dada que no sepa de los planes de Mateo, por que su vida estaba prevista desde que nació. La de Cristina es bastante interesante, es una modelo reciente a la cual la vida le ha concedido el honor de que la próxima temporada se paseé por la pasarela Cibeles para ser conocida mundialmente.
Laura permanece en silencio, le da vergüenza que se sepa que paso de ella después de que él se fuera, hace tres años que dejo su casa para irse a vivir a una todavía peor, vive en un quinto piso sin ascensor donde cada dia reza para que no llueva y se desperdicien todos sus electrodomesticos y su ropa quede inservible.

22 de septiembre de 2008

Hoy ríe!

Creías que esto ya no existía que pasaría mucho tiempo hasta que te volvieras a sentir como te sientes, pero la sonrisa de tu boca a venido de improvisto, sin avisar y por la puerta grande.
Pero por una vez no te importa, y hoy te ríes de las caras tristes y de lagrimas abandonadas hoy puedes burlarte de ellas, aunque solo sea por un día.

La causa todavía no se sabe, nadie sabe lo que a pasado dentro de ti pero te han dado ganas de saltar y reír reír y reír hasta terminar agotada

Por que hoy toca reir mañana por lo menos sonreír.

14 de septiembre de 2008

Victor Hugo

1802-1885. Novelista francés.
El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.

La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.

La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo.

Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura.

¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta.

Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.

La melancolía es la felicidad de estar triste.

La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho.

Los ojos no pueden ver bien a Dios, sino a través de lágrimas.

A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.

La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía.

Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga.

Ciertos pensamientos son plegarias. Hay momentos en que, sea cual fuere la actividad del cuerpo, el alma está de rodillas.

En los ojos del joven, arde la llama; en los del viejo, brilla la luz.

La conciencia es la presencia de Dios en el hombre.

Hay tantas mujeres bellas, pero no hay perfectas.

Cuando el amor es feliz lleva al alma a la dulzura y a la bondad.

Inspiración y genio son casi la misma cosa.

A las mujeres les gusta sobre todo salvar a quien las pierde.

Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas, sino las ideas.

9 de septiembre de 2008

Si no tienes nada no pierdes nada

Esto no puede estar pasando, oh no! Tenias suerte, lo tenias todo controlado, los pies por fin los podías tener en el suelo, a partir de ahora soñar seria tiempos pasados, no ahora ibas a vivir. Tenias suerte! Maldita ilusa, cuando tuviste tu de eso.

El corazón se para y las piernas vuelven a temblar, bajaste de nuevo a la tierra, y si tu estas flotando en el aire la caída siempre es mucho mas dolorosa. Y justamente volviste a caer ahora, en el mismo momento en que prometiste nunca mas, nunca volverías a caer, y ahora has caído rompiédote en mas pedacitos de como estabas al principio.

No es justo, tampoco pediste mucho, simplemente una sonrisa sincera delante de la gente. Pero debes ser fuerte lo prometiste, y no vas a perder nada por que cuando no tienes nada no puedes perder nada

2 de septiembre de 2008

Amanecer

Hacia mucho tiempo que no veía amanecer en aquel momento. El cielo esta precioso, nunca había visto un azul celeste que me hipnotizara de aquella manera, mire el despertador, las cinco y cuarenta y tres minutos, todavía podía dormir unas horas mas.
Como un instinto pose mi brazo hacia el otro trozo de cama vacío, pero esta vez no era asi, esta vez había un cuerpo. Mi vello se erizo de tal forma que note que eras tu, mi piel te reconoce.
Me gire despacio, para no despertarte, para no despertar de mi sueño. Allí estabas tu, sin camiseta como de costumbre, con esa sonrisa que a veces te da por mostrar y que me gusta enseñar. Tu respiración era lenta, como una dulce melodía. Toque tus labios, con una sonrisa picara en mi boca como si estuviera haciendo algo prohibido, por una parte era así, pero el riesgo nunca me importo.
Sin querer me volví a quedar dormida profundamente, al poco rato desperté de un gran salto. Debió ser una de esas pesadillas como las que tenia al principio de conocerte, esas que me quitaste tu poco a poco con dulces besos y caricias. Este despertar fue muy diferente al anterior, en este el miedo estaba en mi. Me quede callada queriendo escuchar tu respiración, pero no oía nada, cerré los ojos y lleve mi mano hacia tu hueco, pero no estabas.
Todavía sin abrir los ojos empezaron a salirme las lagrimas de ellos, una vez mas el destino quería jugarme una broma pesada y él siempre salia ganando.
La puerta se abrió mostrando una bandeja con el desayuno, y allí estabas tu, siempre con esa sonrisa en mis momentos mas duros.

- Buenos días princesa

Princesa es lo que solías decirme, y ahora, ¿todavía te acuerdas de mi nombre? Lo dudo