"
Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos
".


18 de septiembre de 2011

Lo único que deseaba era poder tocar una puntita de nube

Vera nunca se creyó esas historias de un príncipe y una princesa que vivían felices en sus respectivos castillos. Ella prefería que le hablaran de jirafas y sus cuellos tan alto, pensaba que cuando las jirafas eran muy viejas sus cuellos habían crecido tanto que podían ver por encima de las nubes. Se lo contaba a todo el mundo y estos nunca dudaron en reírse ante tal estupidez.

En realidad no es que Vera creyera en esa teoría, es que necesitaba creer en ella. Siempre fue una niña muy pequeña de esas que con cinco años seguían confundiéndola con una niña de tres años. Hasta sus catorce años no la dejaron subir a atracciones para niños de diez años. Era pequeña demasiado pequeña para una niña tan grande por eso necesitaba encontrar a esas jirafas y decirles "cómo hacían ellas para crecer tan alto, cómo podían ser tan bellas con esas patas tan largas que embelesaban a cualquier muchacho". Y eso hacía que no creyera en los cuentos de príncipes y princesas porque sabía que ella era tan pequeña que su príncipe nunca la encontraría

4 comentarios:

Estela Rengel dijo...

Me encantó. *_*

Aunque, así como apunte de buen rollo y sin que te lo tomes a mal, quizás deberías pulir un poco la forma de narrarlo... ;)

sandocan en bicicleta dijo...

el unico limite que tenemos, somos nosotros mismos. estoy seguro que una jirafa con espiritu de grandeza, podria alcanzar ese pedazo de nube.
Como me gustaria acompañarla!

un saludo desde la lejania.

Lo li ta dijo...

Los príncipes no existen. Las jirafas, si. Bueno, de los primeros hay unos pocos. Uno por monarquía, para ser más exactos. Y las segundas..para ir a ver a las segundas, bien vale ese avión.

Un gustico pasar por aquí.

Fernanda Sandoval dijo...

Qué bonito. ¿Ella siempre tenía frío? Sentí que ella siempre tenía frío.