"
Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos
".


17 de julio de 2010

El hombre lobo

León llamó a la puerta de Viola, al parecer después de tantos años se había enseñado a llamar a su puerta.

- No está Iván, ¿y se puede saber quién te ha abierto la puerta?
-Fue Cristina, la chica esa..., no vine ha hablar con Iván

Viola arqueó una ceja y le dio una vuelta a la silla de su escritorio. León llevaba cara de preocupado, nunca le había visto así, en realidad pocas veces había tenido una charla con él sólo a no ser que estuviera esperando a Iván.

-Mira Viola... ¿nunca has tenido un secreto que no has podido contar a nadie? De esos que te cogen el pecho y no te lo sueltan, de los que nunca vas a poder librarte de ellos y sabes que nadie te puede ayudar porque nadie debe saberlo... Un secreto que nunca hayas contado a nadie- la voz de León se iba haciendo más débil conforme avanzaba
-¡¿No me digas que eres un vampiro?! No, ¡mejor un hombre lobo!

Con sus aires teatrales Viola puso los ojos en blanco y levantándose de la silla empezó a reírse de él. León se estiró desde su posición cogiendo un cojín color rosa con el relieve de una oveja, Viola intentaba detener sus golpes con sus manos y de vez en cuando emita el sonido de un aúllo para contraatacar cogió su peluche en forma de oso e intentaba ponérselo en la cara de León. Al fin, León consiguió tumbarla encima de la cama y aprisionarla. Desde allí Viola podía ver sus ojos chocolate con ese brillo que minutos antes habían perdido su pelo castaño era corto, bastante más alto que viola a su lado viola parecía una pulga y él un dinosaurio además no podía negar que iba al gimnasio varias veces por semana.

- En realidad si que tienes pinta de hombre lobo, ¿desde cuando lo sabes?
- Serás bruja, en realidad yo soy mucho mejor que esos hombres lobo de los que tanto hablas.
- Jajaja, nunca.

Los ojos morado maliciosos de Viola se tornaron dulces como sólo Viola podía ser, entonces abrazó a León como si quisiese transmitirle aquella magia que sólo emitía ella. León le dio un beso en la mejilla y se fue.

6 comentarios:

sandocan en bicicleta dijo...

me encanto este relato!
yo tengo algo muy particular ocn el hombre lobo.
de pequeño le tenia muchisimo miedo.. hasta que de pronto comence a soñar por las noches que yo era un hombre lobo que vivia en la sotea de un edificio en una gran ciudad donde nunca dejaba de llover, y lo mas raro es que el sueño siempre continuaba donde habia quedado la noche anterior. Al menos, ahora no le tengo miedo.
Si ya se. estoy loco.

un saludo desde la lejania.

Ayelén Otero. dijo...

me he quedado con ganas de saber el secreto :)
Hahah un buen relato sin duda :)

Soñadora E dijo...

Yo tmbien me he quedado con ganas de más! te sigo para no perderme el secreto de Leo ;)
saluddos;

Zahira Islas dijo...

Muy buen relato, y muy buen final... quiza el secreto se encontraba en esos ojos hermosos. Saludos.

galmar dijo...

:)) jo! Qué ganas de saber el secreto:)) besotesssssss:)))

La guardadora de oxígeno dijo...

Ojos morados, que bonitos *.*

Me gusta tu blog :)
Besotes!