
Detrás de esa cara seguramente escondía un dolor fuerte que por alguna razón nunca supo sacar a relucir, y que más daba si así ella era feliz.
Los mundos perfectos no existían, los hombres eran egoístas y aunque lo tuviesen todo ellos hubieran querido algo más. Así que ella empezó a ver los detalles del mundo: los sonrojos de la gente, los niños disfrutando al mar, amores encontrados al igual que otros olvidados, gente que como ella vivía para hacer feliz a los demás porque era la única manera de que ella fuera feliz.
La sal del mar corroe mi inspiración :(
6 comentarios:
hoy he leído en un blog que alguien le echaba azúcar al mar, me pareció una gran idea, prueba con azúcar para animar tu inspiración (yo, también probaré:)
buen fin de semana!
vivir con una sonrisa pegada a la cara es un buen antídoto contra la sal del mar.
pero puedes probar lo del azúcar...seguro que así sabe más dulce!:)
no le quites la sal a la vida que termina quemando.
Me encanta, me siento muy identificada con este texto ^^
un beso!
Es una buena filosofía de vida...Y cuando te sumerges en ella todo se ve con un matiz diferente...
un abrazo!=)
No estes triste mi pequeña, la mar te a dado fuerzas e inspiracion suficiente para crear esto. Y si no te gusta ya sabes echale azucar como dicen por arriba.
Un besazo wapisima
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