"
Era de las que rompen los puentes con solo cruzarlos
".


14 de septiembre de 2008

Victor Hugo

1802-1885. Novelista francés.
El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.

La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano.

La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo.

Los cuarenta son la edad madura de la juventud; los cincuenta la juventud de la edad madura.

¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta.

Es extraña la ligereza con que los malvados creen que todo les saldrá bien.

La melancolía es la felicidad de estar triste.

La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho.

Los ojos no pueden ver bien a Dios, sino a través de lágrimas.

A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad.

La libertad de amar no es menos sagrada que la libertad de pensar. Lo que hoy se llama adulterio, antaño se llamó herejía.

Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga.

Ciertos pensamientos son plegarias. Hay momentos en que, sea cual fuere la actividad del cuerpo, el alma está de rodillas.

En los ojos del joven, arde la llama; en los del viejo, brilla la luz.

La conciencia es la presencia de Dios en el hombre.

Hay tantas mujeres bellas, pero no hay perfectas.

Cuando el amor es feliz lleva al alma a la dulzura y a la bondad.

Inspiración y genio son casi la misma cosa.

A las mujeres les gusta sobre todo salvar a quien las pierde.

Las que conducen y arrastran al mundo no son las máquinas, sino las ideas.

1 comentario:

R. dijo...

La suprema felicidad de la vida es saber que eres amado por ti mismo o, más exactamente, a pesar de ti mismo.


Esta es genial :)