Ya no quieren la luna

Te acercas hacia mí y me preguntas si vamos a ir. Una pregunta que antes me hacía sonreír y ahora me saca de mis casillas. Hablas siempre en plural como si yo no fuera nada solo soy el complemento del nombre y ella más que el nombre es el verbo. Parece que ahora no vale con regalar lunas, ahora tienes que haberte liado con medio barrio y un poco del otro, para que pierdan el culo por ti.

Odio que me trates como una marioneta sabiendo que soy el único público de tu circo, el único que aplaude cada actuación y al que hoy has sentido extraño que no estuviera, hasta se te a cortado un poco la risa cuando has visto que no me he girado y te he sonreído como todas las tardes, incluso he seguido una conversación teniéndote a mi lado. Porque si no quieres la luna no la cojas, seguro que a la rana que miraba desde lejos como te miraba no le importara tenerla. Pero esta rana aunque la bese nunca se convertirá en Mi príncipe, por que tú no eres mi príncipe pero si la persona que quiero, la que no me importaría perder segundos de mi vida por sentirla a mi lado.

Pero si solo quieres a la de mi lado, no te quedes mirándome y sonriendo sin decir nada como si nos conociéramos de algo si tu solo me tratas como la extraña que sonríe, porque entonces rompes todos mis propósitos de no continuar aplaudiendo.