Hacia mucho tiempo que no veía amanecer en aquel momento. El cielo esta precioso, nunca había visto un azul celeste que me hipnotizara de aquella manera, mire el despertador, las cinco y cuarenta y tres minutos, todavía podía dormir unas horas mas.
Como un instinto pose mi brazo hacia el otro trozo de cama vacío, pero esta vez no era asi, esta vez había un cuerpo. Mi vello se erizo de tal forma que note que eras tu, mi piel te reconoce.
Me gire despacio, para no despertarte, para no despertar de mi sueño. Allí estabas tu, sin camiseta como de costumbre, con esa sonrisa que a veces te da por mostrar y que me gusta enseñar. Tu respiración era lenta, como una dulce melodía. Toque tus labios, con una sonrisa picara en mi boca como si estuviera haciendo algo prohibido, por una parte era así, pero el riesgo nunca me importo.
Sin querer me volví a quedar dormida profundamente, al poco rato desperté de un gran salto. Debió ser una de esas pesadillas como las que tenia al principio de conocerte, esas que me quitaste tu poco a poco con dulces besos y caricias. Este despertar fue muy diferente al anterior, en este el miedo estaba en mi. Me quede callada queriendo escuchar tu respiración, pero no oía nada, cerré los ojos y lleve mi mano hacia tu hueco, pero no estabas.
Todavía sin abrir los ojos empezaron a salirme las lagrimas de ellos, una vez mas el destino quería jugarme una broma pesada y él siempre salia ganando.
La puerta se abrió mostrando una bandeja con el desayuno, y allí estabas tu, siempre con esa sonrisa en mis momentos mas duros.
- Buenos días princesa
Princesa es lo que solías decirme, y ahora, ¿todavía te acuerdas de mi nombre? Lo dudo
1 comentario:
Joder,muchísimas gracias :_)
Si hago sentir a alguien lo más mínimo ya merece la pena subirlo.Las palabras son un arma de doble filo,lo sé.
Te agrego por aquí :)
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