No saben como han podido coincidir después de tanto tiempo. Llevan diez años sin tener noticias de ninguno, diez años sin verse y ahora están allí en un bar cerca del mar con amigos diferentes. Cada uno eligió un camino y con ello un destino.
Primero fue Ana, se marcho a buscarse la vida con dieciocho años, trabajaba en un bar día y noche poco mas se sabia de ella, solo que sus relaciones tan inestables que tenia de joven se habían convertido en una relación seria y con anillo de compromiso.
Luego fue Júlia, era la más estudiante de todos, fue la única que llego a tener una buena carrera, el periodismo fue lo único que la llego a convencer, era una buena redactora eso no lo negaría nadie. Se fue a vivir lejos al lugar que siempre deseo vivir a la gran ciudad donde siempre había soñado pero nunca dicho a nadie. Perdió las relaciones con todos sus amigos, incluso familiares, quería vivir su vida a su manera y no quería que nadie le dijera si esto estaba bien o no.
Patricia se quedo en el pueblo, ella siempre fue mas de casa, la gente no da nada por ella, no es mala chica todo el mundo lo sabe, pero es una chica sin personalidad, sin saber lo que es y lo que no. Es ama de casa, su marido la mantiene, nunca lucho por lo que realmente quería y eso le a llevado a seguir este camino.
Por último esta él, siempre te solía sacar una sonrisa por muy triste que estuvieras. No era un chico perfecto, ni estudioso, ni buen compañero, pero te sentías bien a su lado, te cambiaba la vida de color. Nunca le ha gustado hacer una y otra vez la misma cosa, por eso cada dos por tres esta en la lista del paro. Con el todos perdieron pronto el contacto. Nunca sabían por donde estaban, y además fue el primero en separarse.
Este grupo de cuatro personas era estable, todo el mundo lo conocía a su manera, había gente que hablaba bien y otra que mal, como cualquier grupo. Eran perfectos, por que eran diferentes, completamente diferentes y eso les hacia llegar a una completa estabilidad.
Ahora después de tanto tiempo ahí están, hablando con sus amigos echándose miradas, todos re reconocen, aunque les haya cambiado la cara, aunque ya no tengan aquel acné tan odioso se siguen reconociendo, por que siguen teniendo la misma risa, los mismos gestos y las mismas miradas.
No saben si es cosa del destino, pero eso no es problema suyo, esta sonando aquella canción. Aquella última canción inglesa que bailaron todos juntos más algunos compañeros más.
Estaban en su colegio, aunque habían acabado primero de secundaria. Algunos habían bebido, otros ya lo habían echado, y por ultimo un grupo reía y se enfadaba continuamente, esos eran ellos. Se habían prometido esa canción, y ahora a el le daba vergüenza. Entonces actuaron ellas Patricia y Júlia. Patricia intentaba convencer a Ana, en cambio Júlia convencía a el, ya que siempre le resultaron mas fáciles convencer a sus amigos.
Al fin lo consiguieron. Ellos siempre eran así en cuanto se proponían una cosa lo hacían. Los padres de Júlia la reñían desde lejos, pero no lo suficiente para no oírles, mientras los padres de el miraban con mala cara que mi Ana y el se llevaran tan bien.
Y ahora después de diez años, después de haberse cansado de oir esa canción la vuelven a oír. Pero esta vez disfrutan de ella y cierran los ojos recordando aquellos momentos, en los que sus problemas también eran el problema de sus amigos, piensan en todo lo que les paso en esta vida, saben que han crecido mucho en muy poco tiempo, pero también saben que les quedan muchas historias que contar antes de cerrar los ojos.
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